Es un acto de Valentía ser una misma
Llevo mucho tiempo reflexionando sobre ser genuina.
Desde la adolescencia, me han atraído mucho ese tipo de personas que se sientan con las piernas cruzadas sobre su silla, que en cualquier sitio parecen estar a gusto. Creía que eso era ser genuina. Quizá es porque yo siempre he andado por la vida “guardando las formas”, más hippie o más formal en función de quien se me sentaba delante, siempre de cara a la galería, y por ese motivo, esas personas que no están atentas a lo que los demás esperan o que no intentan encajar y son ellas mismas, me parecían genuinas.
Con el paso de los años me he dado cuenta de que, ser auténtica es muchísimo más que eso, incluso ese tipo de personas seguramente también llevan sus caretas y disfraces.
Soy de las que pensaban que ser Valiente era lo contrario a ser Vulnerable.
Para mi ser vulnerable era un defecto, me sentía débil por serlo, he vuelto a mi casa arrepentida millones de veces por serlo. Al día siguiente siempre pensaba, ¿Por qué te muestras siempre tanto? ¿Por qué no puedes esconder tus sentimientos? ¿Por qué eres tan intensa?
Pero aún así, una fuerza mayor me obligaba a serlo, y año tras año, aprendí a usarla en mi favor.
No es casualidad que mi vulnerabilidad haya sido la herramienta que me ha llevado a sanar mi Autoestima, la herramienta que me ha hecho conectar con personas maravillosas que hoy forman parte de mi vida y yo de las suyas, la herramienta que me ha hecho crear mi proyecto, un proyecto que crece siendo vulnerable, siendo sincero, siendo muy real.
Me pasé media vida escondida, sobreactuando, perdiéndome la vida por vergüenza.
Y por eso nunca levanté la mano en clase, nunca jugué a juegos en equipo, nunca fui pionera, ni popular y recuerdo muchas situaciones insignificantes en las que yo enrojecía y me pasaba noches sin dormir por ello.
Siempre pasaba vergüenza de ser yo, me avergonzaba de mi.
Hasta que sentí que iba a explotar, la ansiedad empezó a manifestarse muy pronto.
Mi vida era un montón de situaciones incómodas, odiaba el instituto, odiaba enamorarme, odiaba mi cuerpo, mi cara y mi voz, y por miedo de perderme en todo eso, empecé a compartir mis inquietudes, obviamente en terapia con una profesional.
Y ahí dejé salir mi vulnerabilidad sin reproches, por primera vez.
Ser vulnerable fue, y aun todavía a ratos es, muy difícil, pero me liberó de tantas cargas que empecé a sentir que levitaba.
Desde aquí, casi 20 años después, entiendo que la vulnerabilidad es el acto más valiente que he practico, y que, siendo vulnerable he podido encontrarme a mi misma para mostrarme al mundo sin disfraz, trabajándola constantemente, aceptando que desaparezca cuando me pierdo y agarrándome a ella cuando necesito volver a mi.
La Vulnerabilidad me enseño a aceptarme, a mostrarme de verdad, a ser yo misma.
Por ello ahora entiendo que ser una misma es ser muy Valiente.
Ten Coraje de ser Vulnerable, siéntete Valiosa, Merecedora y muéstrate al mundo así:
Perfecta, tal y como eres.
Pd: te dejo una charla de Brené Brown que siempre me inspira y me da luz en este tema, espero que te sirva.