Reírme de mi

Siempre que cambiaba de trabajo por cuenta ajena, las personas con las que trabajaba 8 horas al día, solían decirme que echarían de menos mi alegría, mis payasadas, las risas.

La gente en general me define así, graciosa y alegre. 

Y sé que este es uno de mis matices, aunque también soy súper intensa, lo reconozco, lo escribo, lo digo, lo canto, lo fotografío, lo vivo y lo bailo.

A veces tengo la sensación de que a medida que se cierra el círculo de personas cercanas voy siendo más intensa que graciosa, pero si te vas hasta el centro de mi círculo, a mi zona de confort, allí soy el equilibrio que me gusta ser: 50% intensa y 50% graciosa, supongo que depende mucho del momento en el que me encuentre, pero con las personas de mi red siento que río y lloro por igual. 

Este pensamiento, hecho consciente a través de la lectura de un libro maravilloso del que ando enganchadísima y que te recomiendo con fuerza: V.I.D.A de Ana Albiol: https://amzn.to/3dO1mL5, me ha hecho caer en la cuenta de que mi querida Perenne está en el umbral en el que solo soy profunda, y no me gusta, porque aquí quiero ser yo, en toda mi esencia, desnuda, libre, salvaje, genuina, de eso va La Perenne ¿no? Pero siento que aun me queda trabajo para sentirme en mi emprendimiento como en mi zona de confort, es parte del proceso de conocerse a una misma.

Por lo que, dándole mil vueltas, y haciendo un poco de drama como mi personalidad exige, he pensado que quizás aquí aun no he aprendido a reírme de mi, aunque me encantaría.

Quizás ando escondida detrás de mi faceta profesional, de un emprendimiento al que aun tengo que meterle el dobladillo. 

Quizás aun ando acomodándome en un sofá que me resulta más bonito que cómodo, de ese que hace que te sude el culo, en el que te quedas en la mejor posición que sabes para evitar que cualquier movimiento suene a pedo y haga que se gire a señalarte todo el mundo, y peor aun, que tengas que dar explicaciones de que es el muslo sudado rozando con el escay, y no tú intentando ser graciosa.

Por eso a veces desaparezco y dejo de escribir, por eso a ratos no me encuentro en mi propio arte, es imposible mantener el nivel de intensidad durante mucho tiempo, por eso con quien más tiempo paso es con mi gente más cercana, porque donde soy yo es donde más me gusta estar. 

¿Y tú, donde eres tú?