Te Veo
Mientras te observo me veo en ti.
Insegura, nerviosa sin saber bien cómo sentirte. Estás inquieta por si tienes que “actuar” por si tienes que “salir bien” en las fotos.
Voy ubicando la cámara y hago alguna prueba de luz, y, veo en tu rostro tus ganas de llorar, estás incómoda, sabes que ha llegado el momento de exponerte ante mí, de exponerte ante ti.
Aparto la cámara y me pongo delante tuyo.
Nos miramos, nos sentimos, nos vemos.
Te veo preciosa, valiente, inconformista, independiente, libre, vulnerable, coherente, caminando tu propio camino, sabiendo lo que quieres conseguir, buscando la manera de hacerlo.
Te veo real, te veo renaciendo.
¿Por qué no te ves como te veo yo?
Me ves artista, sensible, empática, segura de estar en esta situación. Me ves valiente, en el lado cómodo de la cámara. Me ves fotógrafa profesional, me ves empoderada.
Me ves real, me ves conectada.
¿Por qué no me veo como me ves tú?
Y ahí, sin palabras, nace la magia.
Dos mujeres vulnerables ante nuestros propios ojos.
Dos mujeres que se exponen ante sus propios miedos.
Tú, ante la oportunidad de conocerte y verte de verdad, ante un más que posible punto de inflexión en tu autoconocimiento.
Yo, ante la oportunidad de guiarte en tu camino, de crecer como artista, de verme reflejada en ti.
Dos mujeres incansables ante la ardua tarea de sentirnos bien en nuestra propia piel. De aprender a amarnos por encima de todo y de tod@s, de aceptar que nos seguiremos perdiendo y encontrando, cada vez más conscientes, cada vez más conectadas, cada vez mas genuinas.
Viviendo nuestros caminos, que hoy se juntan para ayudarnos mutuamente a florecer.
Te veo y me inundo de amor. Te veo y te admiro por tu valentía. Te veo y veo tu fuerza.
La vida tiene más sentido.
Te veo, y me siento acompañada. Te veo, y me siento honrada. Te veo y crezco.
Te veo y me veo en ti.
Veo a tu loba salvaje, a tu niña interior, a tu mujer sabia, a la que cometió tantos errores, veo a la mujer que ya no quieres ser, veo a la mujer en la que te estás convirtiendo. Te veo levantándote del suelo, con la cara inyectada en fuerza, en cansancio, en vulnerabilidad, en coherencia, en rabia, en alegría. Veo tu puño cerrado, tus lágrimas de felicidad, tus ganas de brillar.
Y, joder si brillas.
Hoy has aprendido a MirArte desde tu propia realidad, has bailado con tus miedos, has empoderado tus virtudes, has soltado todo y te has abrazado a ti.
Nos miramos llenas de esa energía que no se explica, lloramos y reímos entre sudor, abrazos, sensaciones indescriptibles, focos y sororidad.
Te siento parte de mi camino.
Te veo diferente. Te veo más valiente. Te veo más conectada. Te veo más empoderada.
Te veo perfecta, y ahora se que tú también te ves.
Tú aprendes a MirArte. Yo a mirarme en ti.