Volver a enamorARTE.
Pero esta vez de ti.
Para ella, hogar siempre había sido sinónimo de familia, tenía la creencia inconsciente de que echar raíces en un lugar, solo tendría sentido cuando formara una, y ese sería el único motivo para pagar el precio de un piso en Barcelona, dejar de viajar por el mundo y crear una verdadera zona de confort. Por eso, venir a vivir a Barcelona, aunque siempre había sido un sueño para ella, no le hizo sentir toda la felicidad que esperaba.
Es una mujer valiente y aventurera que dejó Polonia muy joven, y antes de cumplir los 30, ya había vivido en 5 países diferentes; habla 4 idiomas, domina el pole dance, tiene un buen trabajo en una importante empresa, es inteligente, divertida, amable, bonita y extremadamente creativa.
Y Pati se acaba de conocer.
Durante los últimos años, su casa ha sido el lugar donde guardar sus cosas y donde ir a dormir. Su vida estaba enfocada en alcanzar metas externas auto impuestas por su educación y por la inercia de una vida enfocada a que su entorno sintiera orgullo.
Hoy, tras un viaje de enorme valentía y perseverancia, con el único objetivo de encontrar su propia felicidad, luchando contra su realidad, contra todo lo que había creído en su vida, se ha reencontrado consigo misma, en el mismo lugar, en su propio cuerpo, en su corazón, en su hogar. Se ha conectado con quien de verdad es, en el lugar que ahora habita. Su perspectiva de la vida ha dado un giro tan profundo que hasta la expresión de su cara es otra.
Ahora se comparte desde su verdadera esencia. Ahora se percibe en ella, sin filtros, su propia luz.
De repente, su casa, la misma que pisa desde hace 4 años, es, en este momento, su hogar. Se siente agradecida. Está enraizada y sigue sintiendo libertad. Se ha enamorado de su casa y de su camino porque ha entendido que todo es parte de su historia, de quien es, y ha empezado a escucharse a si misma, permitiéndose ser. Y es el acto de amor más puro que he visto nunca.
Tan fácil y complejo a la vez.
No ha comprado muebles nuevos, no ha hecho reformas en la estructura, no ha pintado las paredes, ni siquiera ha cambiado de vajilla, porque todo era perfecto. Solo se ha visto a si misma en su mágico Balcón, donde ha cosido ese impresionante vestido de lino y ese top, teniendo en cuenta las horas en las que entra el sol a través de las cristaleras y dejándose fluir por la necesidad de hacer lo que verdaderamente le apetece, sin más pretensiones, sin metas, sin auto exigencias. Ha pasado de querer ser la mejor en todo lo que hace a plantearse si lo que hace es lo mejor para ella. Ha conectado con su máquina de coser, con todas esas piezas para joyería que guardaba en un cajón, con los preciosos bordados que hace en los libros que hablan de como ser libre y feliz siendo ella misma, con su impresionante lámpara handmade de su salón y con esa frase que ha impreso con su marcadora y pegado en la libreta en la que se escribe a si misma, y que dice “I am rooted but I Flow”.
Ella me habla de auto regalos tan importantes como dejar de vivir por inercia, dejando de buscar metas o reconocimientos. Me cuenta que ha encontrado maneras muy sencillas de sentirse en paz, como un paseo, una charla con sus vecinos, comprarse flores o germinar su hueso de aguacate. Habla de encontrar la energía en cambiar los muebles de sitio para que tengan sentido, ha encontrado su propio orden, y a través de su casa lo ha materializado para sentirte en equilibrio. Sonríe cuando me ve queriendo fotografiar cara rincón, baldosa o rayo de luz que forman su hogar, y me confiesa que no entiende como no lo había visto antes.
Ahora todo parece magia.
Ya no tiene miedo de las etiquetas porque entiende que su hogar es donde ella esté y que mientras esté conectada con ella misma y con su presente, todo estará en Orden.
Hoy juega en su proyecto en el que disfruta compartiendo sus procesos de creación, sin pretensiones, sin miedo, sin etiquetas, con amor propio, respetando sus tiempos y reconectándose con ella misma desde su precioso Balcón en https://www.prettylittlebalcony.com/. Es precioso verla fluir.
Gracias amiga, por tu generosidad, valentía y por ser espejo; gracias por dejarme fotografiar tu esencia y tu espacio, por quitarme las ganas locas que tenía de fotografiar otra pieles; gracias infinitas por prestarme tu bonita historia de amor propio para que yo encuentre la inspiración, las ganas y las fuerzas de volverme a enamorar, pero esta vez, y para siempre, de mí.
Te dejo la sesión de fotos al completo aquí.